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Obra pública frenada, gasoductos inconclusos: la receta del desastre

Con proyectos abandonados o demorados, el sistema energético no pudo responder al aumento de la demanda. La improvisación y el ajuste se tradujeron en cortes, colas y frío.

Viernes, 04 de julio de 2025 a las 09 03

Por Redacción

Viernes, 04 de julio de 2025 a las 09:03

La extensión por 24 horas del corte de GNC en estaciones de servicio en distintos puntos del país, en medio de una ola polar, dejó al descubierto el verdadero problema: la irresponsable parálisis de la obra pública energética, que dejó al sistema sin capacidad de respuesta frente al aumento de la demanda. Mientras el Gobierno nacional justifica la decisión en el consumo residencial récord, los especialistas coinciden en que la situación podría haberse evitado con planificación y obras estratégicas en marcha.

La cancelación de proyectos claves, como la segunda etapa del ex Gasoducto Néstor Kirchner, la ampliación del Gasoducto de la Costa o la reversión incompleta del Gasoducto Norte, generó un cuello de botella que impide inyectar más gas al sistema. En ciudades como Mar del Plata se cortó el suministro domiciliario, una situación que pudo evitarse si se hubieran terminado obras como la planta compresora de Las Armas, clave para abastecer a 85 mil usuarios de la Costa Atlántica. “La contratista Peitel abandonó la obra con un 75 % de avance”, denunció Horacio Mizrahi, especialista energético.

Desde Camuzzi, la distribuidora local, se explicó que la caída de presión en los ductos activó automáticamente los sistemas de corte en los reguladores domiciliarios, dejando a miles de hogares sin servicio. La restitución requiere intervención manual, lo que agrava aún más el cuadro en plena ola de frío extremo.

Según Nicolás Taiariol, experto en energía, “la demanda superó los 100 millones de metros cúbicos diarios, un 25 % más que el año pasado”, pero el colapso también se explica por la falta de previsión: “se podría haber importado más GNL o trasladado la demanda de las centrales térmicas a fuel oil o gasoil, pero no se hizo nada”. El Gobierno apostó a una incierta licitación privada de TGS para ampliar el actual gasoducto Perito Moreno, pero la solución recién estaría lista para el invierno de 2027, y no cubriría zonas críticas como Santa Fe, Córdoba o el Norte. Tampoco se completaron las obras en plantas compresoras del Gasoducto Norte por demoras en pagos y fallas de la empresa adjudicataria Esuco.


Mientras tanto, la construcción de plantas esenciales en Chubut permanece paralizada, bloqueando nuevas conexiones en Bariloche y otras ciudades cordilleranas. El resultado: un sistema energético colapsado, miles de usuarios sin gas y una política energética que desmantela en lugar de construir.

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