El Gobierno de Javier Milei formalizó este martes la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA), responsable de la operación de las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse. La medida se implementó a través del Decreto 695/2025, publicado este martes en el Boletín Oficial con la firma del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo.
El decreto publicado habilita la transferencia del 44% de las acciones de la compañía mediante una licitación pública de alcance nacional e internacional, mientras que el 51% quedará en manos del Estado, a través de la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). En tanto, un 5% del capital accionario será destinado a los trabajadores bajo el Programa de Propiedad Participada.
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Esta privatización, anunciada dos semanas atrás, llevó al bloque de senadores de Unión por la Patria a presentar un proyecto que "deja sin efecto todo proceso administrativo iniciado con el objeto de modificar la composición accionaria y/o transformar la naturaleza jurídica" de la compañía.
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El Gobierno va por la privatización de Nucleoeléctrica: la situación de la empresa
Actualmente, la empresa está en manos del Ministerio de Economía, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y Energía Argentina (ENARSA). Es una de las pocas compañías estatales con superávit: en el primer trimestre de este año fue de $17.234 millones.
NASA, encargada de operar las tres centrales nucleares que tiene el país (Atucha I, Atucha II y Embalse, que suman una potencia instalada de 1763 MW y aportan aproximadamente el 7% de la energía eléctrica consumida) es una de las que quedó incluida en la Ley Bases como sujeta a privatización. Estimaciones preliminares de analistas del sector apuntaban que podía tener una valuación total de entre u$s560 millones y u$s1000 millones.
La decisión se enmarca en el Plan Nuclear Argentino a cargo del presidente de la empresa, Demián Reidel, que busca "promover la inversión privada dentro del sector con el objetivo de lograr la construcción del primer reactor modular argentino, la extensión de vida de nuestras centrales e impulsar la minería de uranio", entre otros puntos.
"Cabe recordar que todas las empresas públicas están sometidas a un proceso de irremediable privatización. Esto representa el fin del Estado empresario, aquel que se atribuía funciones impropias a costa de despilfarrar recursos de los argentinos", había subrayado Adorni.
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La modalidad de privatización
La privatización se realizará en base a los siguientes parámetros: el 51% del paquete accionario quedará en poder del Estado Nacional, a través de la Secretaría de Energía, el 44% se venderá mediante licitación pública nacional e internacional y el 5% restante quedará en manos de los trabajadores a través del PPP.
Asimismo, NASA deberá transferir en no más de 60 días el 0,01% del capital accionario de Enarsa al Estado, en tanto la propia Enarsa tendrá que hacer lo propio con el 1% del capital de NASA.
Al momento del anuncio, la Secretaría de Energía informó que NASA recibió en 2023 transferencias de capital no reintegrables por parte del Estado por un valor de $700 millones (aproximadamente USD 2 millones a noviembre de ese año), pero que en 2024 “no recibió ninguna transferencia, lo que marca un cambio en la política de financiamiento hacia un modelo de mayor participación privada”.