Médicos, residentes, trabajadores docentes y no docentes y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires y pacientes participaron este jueves por la mañana de un abrazo simbólico al Hospital de Clínicas José de San Martín, ubicado en Córdoba 2351, en Recoleta.
La convocatoria, que se realizó en el marco de una nueva marcha universitaria de las universidades públicas en busca de apoyo a la ley de financiamiento, comenzó a las 10, partiendo de la entrada de Av. Córdoba y culminó a las 11 sobre la explanada de la calle Paraguay.
Los hospitales universitarios atraviesan una grave crisis presupuestaria, lo que pone en peligro el normal funcionamiento de las instituciones, que no solo se dedican atender pacientes, sino que también educan a futuras generaciones de médicos y funcionan 39 residencias.
Dicha institución atiende a más de 350.000 personas al año, la mayoría de ellas pacientes que no cuentan con un servicio privado de cobertura de salud. Además de esto, el Clínicas juega un papel central en el estudio y formación de nuevos profesionales de la Salud.
Al tratarse de un hospital escuela, en sus casi cuarenta aulas cursan por año 1.500 alumnos de ciencias de la salud, lo que representa su compromiso académico de la docencia superior, la investigación y la responsabilidad social de la extensión universitaria en beneficio de todo el cuerpo social.
Luis Sarotto, profesor titular de cirugía, señaló que "el Hospital de Clínicas tiene tres patas muy grandes: la docencia, investigación y asistencia". "A los hospitales universitarios hay que entenderlos de una forma diferentes a los exclusivamente asistenciales", sostuvo.
"Nosotros, al tener que enseñar, siempre se gasta más. Acá y en todos lados. Son hospitales que tienen una dedicación especial a la formación de un recurso humano. Esa es la función esencial. Pero para formar tenemos que tener pacientes y los tenemos que atender bien. La medicina hoy es cara y no se opera con un bisturí y dos gasas", agregó.
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La caída del poder adquisitivo
Según datos del IPC INDEC (Nación), tomando como base noviembre de 2023, la inflación acumulada hasta la fecha asciende al 250%, mientras que los salarios solo aumentaron un 95%. “Eso representa una pérdida de poder adquisitivo que supera el 40%”, señala el documento elaborado por la Universidad de Buenos Aires, que denuncia el congelamiento de fondos destinados a la atención sanitaria universitaria y alerta sobre el impacto de la inflación en el funcionamiento de la institución.
Además, la pérdida continuó profundizándose durante 2025, ya que las actualizaciones salariales quedaron por debajo de la inflación en todos los meses del primer semestre, acumulando una caída del 10% en el poder adquisitivo.
El documento precisa que en términos generales, el presupuesto total de la UBA para 2024 fue de $590.000 millones (USD 490 millones). De ese monto, el 85% se destinó a salarios y el 15% restante a gastos de funcionamiento. Precisa además que el 15% asignado a gastos de funcionamiento, unos $100.000 millones (USD 80 millones), se distribuyó en partes iguales entre la función educación e investigación y la función salud.