El Papa Francisco falleció este lunes a los 88 años y la noticia conmocionó al mundo entero. La salud del pontífice venía siendo motivo de preocupación desde febrero, cuando fue internado en el hospital Gemelli por un cuadro de dificultad respiratoria. A partir de allí, los primeros estudios clínicos revelaron que padecía una neumonía bilateral, lo que obligó a iniciar un tratamiento intensivo con antibióticos, corticoides y un seguimiento riguroso por parte de especialistas.
El Vaticano dio a conocer esta tarde que la causa de muerte de Francisco "ha sido identificada como un derrame cerebral, seguido de un coma y un colapso cardiocirculatorio irreversible".
"La certificación oficial fue emitida por el Dr. Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, y la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó el informe el lunes por la noche", dio a conocer la Santa Sede.
Según el informe médico, el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda causada por neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, presión arterial alta y diabetes tipo II.
"Su fallecimiento se confirmó mediante tanatografía electrocardiográfica. «Por la presente declaro», escribió el Dr. Arcangeli, «que las causas de la muerte, según mi leal saber y entender, son las expuestas anteriormente»", expresó la Santa Sede en un comunicado.
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El Vaticano reveló el pedido póstumo de Francisco: cómo y dónde quiere descansar
Horas después del deceso, la Santa Sede dio a conocer el testamento que había dejado escrito en vida.
Allí, el papa dejó instrucciones muy precisas sobre su destino final: pidió que lo entierren en la Basílica de Santa María la Mayor, y no en la cripta de la Basílica de San Pedro, donde descansan los últimos pontífices.
“Deseo que mis restos mortales descansen, en espera del día de la resurrección, en la Basílica Papal de Santa María la Mayor”, escribió Francisco, siendo esta una decisión que responde a su cercanía con ese templo, al que solía ir a rezar antes y después de cada viaje.
En el documento también expresó cómo debía ser su tumba: bajo tierra, sin adornos ni placas especiales. Sólo una inscripción breve: Franciscus.
“Solicito que mi tumba sea preparada en el loculo de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza”, señaló el texto, donde también aclaró que no deseaba elementos decorativos ni referencias solemnes.
Incluso dejó resuelto quién pagará por su sepultura: un benefactor anónimo, cuyo nombre no trascendió, pero que fue designado personalmente por él y se hará cargo de todos los gastos.
Sobre el final, Francisco escribió unas palabras dirigidas a quienes lo acompañaron en vida: “Que el Señor conceda la merecida recompensa a quienes me han querido y continúen rezando por mí”.
Y por último, cerró con un gesto de entrega ante el dolor de los últimos días: “El sufrimiento que se hizo presente en la última etapa de mi vida lo ofrezco al Señor por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos”.
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Conmoción global: falleció el Papa Francisco
"Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana (hora del Vaticano), el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre", señaló en un comunicado el cardenal Kevin Farrell.
Asimismo, añadió: "Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados".
"Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino", culminó.