La inversión extranjera dejó un dato que pasó casi desapercibido, pero que dice mucho sobre el momento económico del país.
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En 2025, por primera vez desde 2003, se fueron más dólares de los que entraron por inversión directa del exterior.
Los números surgen de las estadísticas del Banco Central y muestran un saldo negativo de US$ 1.421 millones en los primeros once meses del año.
En otras palabras, la Argentina perdió inversión extranjera en lugar de sumarla.
El resultado se explica, sobre todo, por la salida de empresas multinacionales. Durante el año, varias firmas extranjeras vendieron sus activos a compañías locales o redujeron su presencia en el país.
En algunos casos, dejaron de producir y pasaron a importar lo que antes fabricaban en la Argentina.
Mientras tanto, los anuncios oficiales de nuevas inversiones no se reflejaron en el ingreso real de dólares. Los proyectos difundidos bajo el RIGI quedaron, por ahora, en promesas que todavía no impactaron en la economía.
En términos concretos, entraron US$ 1.342 millones, pero salieron US$ 2.763 millones, una diferencia que explica el rojo final.
En 2024 el balance había sido apenas positivo, casi neutro, lo que ya anticipaba un escenario frágil.
Economistas señalan que los datos del Banco Central reflejan movimientos reales de dinero, no anuncios ni planes a futuro.
Es decir, lo que efectivamente entró y salió del país. Y en ese balance, la salida de capitales fue más fuerte que la llegada de nuevas inversiones.
El contraste es claro: mientras la inversión productiva se achicó, el movimiento financiero fue intenso.
Hubo ingreso de dólares por exportaciones, préstamos y desembolsos de organismos internacionales, pero eso no alcanzó para compensar la salida de capitales y otros pagos, como turismo e intereses de deuda.