El resultado, consumado por penales en el estadio de San Nicolás, no solo frustró al plantel y a los hinchas, sino que activó una reunión de urgencia en los vestuarios. Allí, el presidente Mariano Cowen, el director deportivo Mariano Messera y el administrativo Marcelo Gauna se encontraron cara a cara con el entrenador. Sin rodeos, le comunicaron que su ciclo estaba terminado.
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Lo más llamativo es que, días antes, el propio Flores había asegurado que no pensaba renunciar. Tras el triunfo frente a Platense, el "Traductor" habló de un proyecto a futuro, de refuerzos y de una pretemporada clave. Sin embargo, la eliminación frente a un rival de dos categorías inferiores aceleró una salida que, en realidad, ya se venía cocinando.
Los números hablan por sí solos: en apenas trece partidos, el equipo dirigido por Flores cosechó tres victorias, cinco empates y cinco derrotas. Solo anotó siete goles y recibió doce. Un rendimiento pobre, sin respuestas futbolísticas ni señales de mejora.
Ahora, la dirigencia tripera deberá resolver un nuevo problema: acordar la salida económica del cuerpo técnico, un tema que se anticipa complejo. Mientras tanto, el plantel fue licenciado por dos semanas y, cuando regresen los entrenamientos, lo harán bajo las órdenes de un nuevo entrenador. El objetivo no será menor: evitar que el club pierda la categoría.