El reconocido entrenador de fútbol, apasionado hincha de Estudiantes de La Plata y también ligado afectivamente a Almagro, encabezó la lista del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) como candidato a primer legislador. Este espacio político, que tiene sus raíces en la histórica Unión Cívica Radical Intransigente y fue fundado en 1964 por el ex presidente Arturo Frondizi, buscó posicionarse nuevamente en el escenario porteño con la Lista 1.
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Con casi el 100% del escrutinio provisorio completado, Caruso Lombardi logró el 1,69% de los votos, lo que equivale a 27.122 sufragios. Si bien este porcentaje no alcanzó para obtener una banca, fue una performance respetable para su primera participación electoral.
En el sistema electoral de la Ciudad de Buenos Aires se utiliza el método D’Hondt para distribuir las bancas, una fórmula que favorece a las listas con mayor caudal de votos y que, en la práctica, suele dejar fuera a las fuerzas que no superan el umbral del 3%. Este mecanismo, que también se aplica en algunas elecciones internas de clubes deportivos, plantea una barrera alta para los partidos emergentes o de menor estructura.
Una campaña con identidad futbolera
Más allá de los números, Caruso no dejó de lado su esencia durante la campaña. En entrevistas y apariciones públicas, reafirmó su vínculo con el fútbol y su afecto por Estudiantes de La Plata. “Yo soy de Estudiantes. Y de Almagro también. Me crié en ese club. Mi viejo fue vicepresidente y técnico del baby fútbol”, contó en una entrevista con TNT Sports, donde también reflexionó sobre las similitudes entre el fútbol y la política tras emitir su voto.
Aunque esta vez no logró ingresar a la Legislatura, Caruso Lombardi dejó en claro que su pasión, tanto por la política como por el fútbol, sigue firme. Su primera experiencia en las urnas lo posiciona como una figura a seguir en futuros procesos electorales.
