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El cuento de la inflación baja se rompe en la estación de servicio: aumentó la nafta

A partir de las primeras horas de este sábado 21 de junio, las principales petroleras que operan en Argentina comenzaron a aplicar un nuevo aumento en los precios de la nafta y el gasoil, con un promedio del 5%.

Sabado, 21 de junio de 2025 a las 11 47

Por Daniel Santu

Periodista, director Data Diario La Plata

Sabado, 21 de junio de 2025 a las 11:47

La primera en confirmar la suba fue Puma, que desde la noche del viernes ya mostraba los nuevos valores en sus surtidores. Poco después, los propietarios de estaciones de servicio informaron que Shell seguiría el mismo camino, mientras que YPF —la mayor del mercado, con más del 50% de participación— adelantó que “en las próximas horas se adoptará una decisión”. En La Plata, al menos hasta esta madrugada, las estaciones de YPF todavía no habían actualizado sus pizarras.

El nuevo ajuste vuelve a encender la mecha en los bolsillos de los argentinos, que ven cómo la nafta y el gasoil se transforman en un lujo cada vez más inaccesible. Para justificar esta nueva remarcación, las petroleras sostienen que aún arrastran un retraso de precios que, según sus cálculos, rondaría el 18%. La estrategia, aseguran, es aplicar las subas en etapas para no generar un fuerte conflicto con un gobierno que, de cara a sus propias promesas de bajar la inflación, prefiere contener incrementos abruptos en productos sensibles.

Sin embargo, los especialistas advierten que este aumento no se limita a encarecer el costo de llenar el tanque: el impacto se traslada rápidamente a toda la cadena de precios internos. Cada litro de combustible más caro implica mayores costos logísticos y de transporte, que terminan pagándose en góndolas, alimentos y servicios. Así, cada ajuste de las petroleras se convierte en un motor silencioso que alimenta la inflación, mientras los salarios siguen perdiendo carrera.

Los dueños de estaciones de servicio reconocen que la presión sobre los surtidores no se detendrá aquí. Con un dólar que sigue corriendo por detrás de la inflación y costos operativos en alza, se prevén nuevas subas escalonadas en lo que resta del año. En otras palabras, el precio de la movilidad personal y del transporte de mercaderías seguirá funcionando como termómetro de una economía que no encuentra freno a su espiral de aumentos.

Mientras tanto, el relato oficial busca sostener que la inflación muestra señales de desaceleración. Pero la realidad del surtidor golpea de lleno en el costo de vida real: cada familia que necesita usar su vehículo, cada comercio que depende de fletes y cada productor que transporta su mercancía siente en carne propia que la nafta ya no solo mueve motores: hoy mueve toda la Argentina, y la encarece.

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