A través de un acuerdo entre el Ministerio de Transporte y la Cámara Argentina de Verificadores de Automotores (CAVEA), se puso en pausa la actualización de precios que debía aplicarse desde abril, garantizando que durante los meses de abril, mayo y junio no hubiera incrementos en el servicio.
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La medida se oficializó mediante la Resolución 163/25 publicada en el Boletín Oficial, pero el entendimiento entre el gobierno y las empresas concesionarias se selló a fines de marzo. Allí, ambas partes coincidieron en frenar, por 90 días, la aplicación de la nueva tarifa básica prevista por contrato. En la resolución se aclara que la decisión busca “evitar un impacto negativo en los usuarios ante la situación de ajuste general por el que transita la economía del país y, en particular, la provincia”.
El valor de la VTV, según estipula el pliego licitatorio, se calcula como un porcentaje del salario básico de un operario categoría 1 del sindicato SMATA. De este modo, cada incremento salarial en el gremio habilita automáticamente a las empresas a solicitar una suba en la tarifa del servicio. Tras los últimos aumentos de febrero, los concesionarios pidieron una nueva actualización acorde a la paritaria del sector, pero la provincia decidió que no era el momento de seguir ajustando el bolsillo de los automovilistas.
Así, mientras los combustibles, los peajes y los gastos de mantenimiento del vehículo suben mes a mes, la VTV se mantuvo sin cambios durante el segundo trimestre del año. El acuerdo tiene fecha de vencimiento: los 90 días estipulados finalizan a fines de junio, por lo que se prevé que en julio la CAVEA volverá a solicitar la actualización de la tarifa, amparándose en la fórmula salarial pactada en los contratos de concesión.
De momento, el congelamiento es un respiro para los usuarios, especialmente para quienes deben renovar la verificación antes de las vacaciones de invierno o salir a la ruta. Desde Transporte explicaron que “se priorizó cuidar a las familias en un contexto de fuerte ajuste económico” y remarcaron que la medida se tomó en consenso con las empresas, que aceptaron aplazar sus reclamos para no trasladar más costos a los usuarios.
El congelamiento, sin embargo, podría convertirse en historia pasada en cuestión de días: con julio en puerta, los conductores deberán estar atentos a los nuevos valores que probablemente se oficialicen para la segunda mitad del año.