En plena ola polar, miles de vecinos del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires pasaron otro día complicado: sin luz, sin gas para autos y con temperaturas bajo cero.
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Mientras el frío no da tregua, el Gobierno tomó la decisión de frenar el suministro de GNC en estaciones de servicio para priorizar el consumo en los hogares, que ya venían sufriendo la falta de electricidad.
El Ejecutivo no sólo decidió ampliar los cortes de suministro de GNC en estaciones de servicio y a industrias, sino que también suspendió las exportaciones de gas a Chile, dejando en jaque a casi todo el país.
Desde el lunes, la situación viene empeorando: primero afectaron a usuarios con suministro interrumpible y luego la medida se extendió incluso a aquellos con suministro "firme".
Ola polar: Medio país sin GNC y cortes en la industria por parte del Ejecutivo
En medio del frio extremo, el consumo en hogares llegó a un récord histórico y la producción en Vaca Muerta bajó sorpresivamente, complicando aún más el abastecimiento.
Según confirmaron fuentes del sector energético, no hay margen para más cortes y la prioridad absoluta es asegurar el gas para las viviendas, unos 9 millones de usuarios en todo el país.
Pero esta prioridad deja afuera a la industria y a quienes necesitan el GNC para trabajar y movilizarse, sectores que ahora sufren los recortes.
En cuánto a las últimas horas, este miércoles se supo que más de 8 mil usuarios siguen sin luz en zonas como Berazategui, Quilmes, La Matanza, Morón, Tigre, Avellaneda y Almirante Brown, según los reportes de Edenor y Edesur.
Muchas familias no sólo no pudieron calefaccionarse, sino que además quedaron incomunicadas o sin poder cocinar.
La bronca se hizo sentir en redes sociales y en los barrios, con quejas por la falta de respuestas oficiales.
El panorama se complicó aún más cuando se conoció que el Enargas ordenó interrumpir por 24 horas el expendio de GNC en varias estaciones del país.
La demanda récord se explica por las temperaturas extremas que llegaron a niveles no vistos en más de tres décadas, con picos de frío que hicieron disparar el consumo de gas y electricidad.
A esto se suma que dos importantes yacimientos en Neuquén tuvieron problemas técnicos y bajaron su producción, lo que terminó por colapsar el sistema.