Andrés Calamaro vuelve a Capital Federal para un par de shows planeados para noviembre.
El músico se presentará los días 25 y 26 de noviembre en el Movistar Arena.
Las entradas se pondrán a la venta este jueves 22 de mayo en la web del Movistar Arena.
En una entrevist reciente, Calamaro se expresó sobre su actualidad y su conexión con el mundo: “No guardo rencor a la turba gris y sus antorchas frías, viven en una ilusión adolescente, nadie que esté tan seguro de que tiene razón la tiene, una misma opinión repetida cuatro mil veces no es cuatro mil opiniones.”
Al recordar sus influencias familiares y culturales, señala: “Viene de mi hermana Hebe Rosel y mis cuñados, músicos muy comprometidos, todos con distintos perfiles. Era la época del Di Tella, Les Luthiers, Huerque Mapu, Memo Briseño y Juan Sosa. Todos fueron muy valiosos, estudiosos, intelectuales, militantes y poetas.” Su formación estuvo atravesada por el arte, el compromiso y la experimentación.
Sobre la creación musical, reconoce: “No soy especialista en influencias musicales porque escucho música inimitable, para admirar. En el silencio también sigo cantando, en soledad. Aprendo en el silencio.” Calamaro destaca la importancia de lo no dicho, del margen como espacio creativo. “Soy un músico 'desconocido' a pesar de todo... grabarla y compartirla es un accidente pop.”
El rock, para él, sigue siendo una trinchera viva. “El rock conserva su estilo e influencia. Es versátil, bohemio, eléctrico, sexy, masculino y distinto. Sigue siendo una influencia cultural universal que conecta con la literatura, el surrealismo, el sentido del humor, el erotismo y la cultura grande.” Mientras tanto, señala con claridad su distancia con el mercado pop: “La cultura del rock es muy completa, indispensable... mientras que el pop no es un género musical, es un mercado, una situación.”
También define con contundencia su visión del gusto musical: “No me fastidia ningún género ni subgénero musical porque elijo lo que voy a escuchar, no cuesta nada elegir... Lo que escuchamos, como lo que leemos, es íntimo.” Y sobre España, dispara: “España es rockera, pero se le olvida. Para mantenerse rockera tiene que permitirse admirar... me temo que existe un deseo morboso de ver heridos a los toreros del rock.”
Sobre Argentina y Buenos Aires, remata: “Argentina es rockera y Buenos Aires es muy rockera. El rock y el fútbol son más importantes que las religiones.”
En su relación con otros músicos, Calamaro se mueve entre la fraternidad y la memoria. “Con Charly grabamos tres canciones. Tuvo asistencia perfecta en el estudio; tres muy buenas grabaciones. Creo que fregamos aquel disco porque movimos la velocidad del master, el pitch.” De Soda Stereo recuerda con orgullo haber sido testigo: “Hace muchos años que nos conocemos y estoy orgulloso de eso y de haber visto a Soda desde el principio, hasta que se convirtió en monumental.”
Finalmente, sintetiza su vínculo con el oficio desde un lugar de entrega: “Dicen que tengo 1200 canciones registradas... Maniobré en registros que no existen, volcado en grabaciones misantrópicas.” Y su ética de la gira y el escenario se resume en una frase: “Si nos gustamos en el escenario estamos completos, la expectativa es hacer la mejor gira posible, la música siguiente.”