The Amity Affliction llegará a la Argentina el año próximo como parte de su gira por Latinoamérica.
La banda se presentará el jueves 3 de abril de 2025 a las 19 horas en Uniclub.
Las entradas ya están disponibles en la web de Al Pogo en este enlace.
Joel Birch: honestidad, lucha y resistencia en el corazón de The Amity Affliction
Joel Birch, vocalista de The Amity Affliction, es un ejemplo de cómo la música y la vida personal se entrelazan en una constante batalla por el equilibrio. Con un diagnóstico de trastorno bipolar, el cantante australiano maneja su salud mental mientras enfrenta las exigencias de una banda que no para de girar. “Tengo bipolaridad, así que solo lo manejo”, explicó, reconociendo que se apoya en múltiples medicamentos para mantenerse estable durante las giras.
La rutina durante los tours es clave para no perder el eje. Birch encontró en el golf diario una vía de escape personal. “Cada uno hace su cosa. Yo voy a jugar al golf todos los días, para despejarme un poco”. Esta rutina le permite sobrellevar el peso de la fama y las presiones del camino.
Sin embargo, no todo resultó sencillo para The Amity Affliction. La pandemia de COVID-19 casi destruyó a la banda. “Desde COVID, eso realmente jodió muchas cosas. Las bandas o se separaron o tuvieron problemas económicos, nosotros estuvimos muy cerca de eso”, admitió Birch. La crisis financiera los llevó al borde del abismo, pero lograron resistir.
A pesar de contar con una base leal de fans, Birch siente el peso del éxito relativo. “Me estoy poniendo más grande, y no somos masivos todavía. Puede ser un poco estresante a veces”, confesó. Este sentimiento se acentúa al recordar su pasado difícil. “Tuve una infancia de complicada, así que aprovechaba cualquier excusa para salir de casa”, recordó, mencionando incluso etapas en las que llegó a estar sin hogar.
El océano fue su refugio desde siempre. Cuando era chico, Birch recorría 25 kilómetros en bicicleta para escaparse a la playa. “Pasé mucho tiempo en la playa y en el océano... es una parte enorme de mi vida desde hace mucho”. Esta conexión con el agua se refleja en las letras de The Amity Affliction, donde los temas acuáticos son más que simples metáforas. “Viví buena parte de mi vida con lo que llaman ideación suicida pasiva. La mayoría de los días pienso en el suicidio”, reveló sin filtros.
Por eso, la reciente decisión de la banda de regrabar su álbum “Let the Ocean Take Me” resultó significativa. Birch explicó que buscaban mejorar su performance vocal y, al mismo tiempo, recuperar los derechos del disco. “Nunca estuve contento con mi performance vocal en ese disco, o en ningún disco, en realidad”. Esta vez, el proceso fue más relajado: grabaron en una casa alquilada cerca de la playa en Sídney. “Despertarnos con el sonido de las olas, jugar al golf y después grabar fue una experiencia muy linda”.
No todo en su carrera fue controlado. Birch denunció el contrato que firmaron con Roadrunner Records como “depredador”. “Éramos jóvenes y no sabíamos nada de nada. Nos dieron un contrato por siete discos”, dijo con frustración. Como consejo a las bandas emergentes, Birch sugirió evitar los sellos grandes y seguir el modelo independiente de bandas como Parkway Drive.
El impacto de las redes sociales en su salud mental lo llevó a tomar una decisión drástica. “Las tenía mientras estaba de gira, pero cuando volví a casa las eliminé”. Reflexionó también sobre su sobriedad y los pensamientos oscuros que lo acosaban durante su etapa de adicción: “Cuando tomaba, pensaba que tal vez no me despertaría al día siguiente y no sería mi culpa”.
A pesar de todo, los shows en vivo le dan fuerzas. “Ver a la gente cantando las canciones y emocionándose te saca de ese lugar de complacencia y te hace volver a la realidad”. Actualmente, The Amity Affliction está de gira celebrando el 10° aniversario de “Let the Ocean Take Me”, acompañados por Ice Nine Kills, We Came As Romans y Heavensgate. Birch destacó a Ice Nine Kills: “Son como un Panic! at the Disco pesado. Es una locura. Es muy pegadizo”.
A pesar de las dificultades, Birch encuentra consuelo en la música y en su capacidad para transportar a las personas a momentos específicos. “Creo que esa es la belleza de la música. Escuchás algo y te lleva directo a donde estabas cuando lo escuchaste por primera vez”.