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Ciencia pública en acción: un sistema local y eficiente para eliminar arsénico del agua

Ciencia al servicio de la comunidad: investigadores de la UNLP y el CONICET desarrollaron un sistema eficaz y accesible para potabilizar agua contaminada con arsénico

Miércoles, 11 de junio de 2025 a las 11 11

Por Redacción

Miércoles, 11 de junio de 2025 a las 11:11

En un contexto donde el acceso a agua potable sigue siendo un desafío para muchas comunidades del interior bonaerense, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y el CONICET logró un avance que conjuga innovación científica, bajo costo y alto impacto social. Se trata de una planta de tratamiento de agua contaminada con arsénico que ya funciona en la localidad de Pipinas y que podría ser replicada en otras zonas afectadas.

El arsénico en el agua representa un problema grave y persistente en varias regiones del país, particularmente en el centro y norte de la provincia de Buenos Aires. Su ingesta prolongada produce enfermedades como el hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), además de diversos tipos de cáncer y otras afecciones. Frente a esta amenaza silenciosa, los investigadores del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, Facultad de Ciencias Exactas – UNLP) y del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería desarrollaron un sistema de remoción basado en tecnología de hierro cero-valente (ZVI), que demostró alta eficacia en pruebas piloto y ya se encuentra operando a escala real.

La planta instalada en Pipinas tiene capacidad para tratar hasta 15.000 litros diarios de agua, cubriendo las necesidades esenciales de bebida y preparación de alimentos de la comunidad local. El sistema funciona mediante la corrosión controlada del hierro, lo que permite generar compuestos que atrapan el arsénico a través de procesos de co-precipitación y adsorción. Posteriormente, etapas de oxidación y filtrado aseguran que el agua resultante cumpla con los estándares internacionales de potabilidad.

“La clave está en la modularidad del sistema y su mantenimiento sencillo”, explica el Dr. Fernando García Einschlag, coordinador del equipo. “Es una solución adaptable, escalable y pensada para comunidades pequeñas o medianas, donde las grandes plantas centralizadas no son viables”.

La concreción del proyecto fue posible gracias al trabajo articulado con diversas instituciones y actores: la Secretaría de Políticas Universitarias, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Laboratorio de Hidromecánica de Ingeniería (UNLP), la propia UNLP, y la cooperativa de servicios públicos de Pipinas, que participa activamente en el monitoreo y operación diaria del sistema.

Actualmente, se adoptó el modelo de distribución mediante canilla pública, por tratarse de una opción de menor inversión inicial. No obstante, el equipo está evaluando su alcance real en términos de accesibilidad para todas las franjas etarias y condiciones de movilidad de la población. Asimismo, se capacita al personal local para garantizar el funcionamiento continuo de la planta, promoviendo el arraigo del conocimiento técnico en el propio territorio.

El equipo de trabajo lo integran la Dra. Eliana Berardozzi, la Dra. Tatiana Arturi, la estudiante Romina Dorado —que además pertenece a la cooperativa local— y la Ing. Cecilia Lucino, bajo la coordinación del Dr. García Einschlag.

Este desarrollo demuestra cómo la ciencia pública, sostenida con recursos nacionales y orientada al bien común, puede dar respuestas concretas a problemas estructurales. A futuro, el mismo sistema podría adaptarse para remover otros contaminantes presentes en aguas subterráneas o superficiales, abriendo nuevas posibilidades para garantizar el derecho al agua segura en todo el país.

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