El anuncio, que realizó durante una entrevista televisiva, no solo pone a la exmandataria en el centro de la disputa bonaerense, sino que también evidencia la urgencia del peronismo por blindar su bastión más sólido en medio de una crisis interna y una creciente ofensiva opositora.
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"Hay que poner el hombro para hacer la mejor elección posible", expresó Kirchner, y dejó claro que su decisión está atravesada por la necesidad de sostener el proyecto político del peronismo frente a un escenario complejo, marcado por el descontento social y el avance de Javier Milei. La ex presidenta del PJ nacional insistió en que el resultado de septiembre será determinante para el futuro inmediato del movimiento: “¿Alguien cree que si al peronismo le va mal en septiembre puede irle bien en octubre?”, se preguntó con tono retórico.
La Tercera Sección —que agrupa a 19 municipios del Conurbano sur y concentra cerca de cinco millones de votantes— ha sido históricamente el núcleo duro del peronismo bonaerense. No es casualidad que Cristina elija este territorio para disputar un lugar en la Legislatura: es allí donde el kirchnerismo mantiene aún una base de apoyo fiel y una estructura territorial robusta.
Durante la entrevista, Kirchner también volvió sobre un tema que genera tensiones internas en el oficialismo: el desdoblamiento de las elecciones provinciales. Recordó la experiencia de unidad en 2019 como el camino que permitió alcanzar una victoria en primera vuelta, tanto a nivel nacional como provincial. En contraste, criticó la dispersión de 2023, donde “se estuvo a 2,60 de entrar al balotaje”, y apuntó contra los gobernadores que decidieron desmarcarse de la estrategia nacional. “Si no vas en unidad, perdés y perdés mal”, sentenció, al tiempo que mencionó el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como ejemplo de fragmentación que llevó al PRO a quedar “tercero y lejos”.
En ese contexto, también deslizó una crítica directa a quienes, según ella, priorizan intereses individuales sobre el proyecto colectivo. Sin nombrarlo, el destinatario pareció ser el gobernador Axel Kicillof. “Cuando alguien llega por un proyecto colectivo y no entiende lo colectivo de la política, termina en un proyecto personal”, disparó. La frase reaviva las tensiones con el mandatario provincial, con quien mantiene diferencias sobre la estrategia electoral y la conducción del espacio.
Además, Cristina Kirchner apuntó con dureza contra Javier Milei y el rumbo económico del actual gobierno. Definió al presidente como “un marginal de la política” y describió su gestión como “una derecha antiestado, muy cruel y esotérica”. Denunció el modelo económico como un “dólar barato, cepo al salario y ajuste en el Estado”, al que calificó como un programa neoliberal que “despierta los peores sentimientos de la condición humana”.
La confirmación de su candidatura, entonces, no se limita a una jugada electoral local. Representa un movimiento táctico con proyección nacional, en un intento por recomponer la identidad del peronismo, contener su caudal electoral y marcar un contraste con el experimento libertario que hoy gobierna la Casa Rosada. La Tercera Sección, históricamente invicta salvo contadas excepciones, vuelve a ser el escenario donde el kirchnerismo busca resistir, replegarse y volver a proyectarse.