Un reciente informe del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata encendió las alarmas sobre el desempeño productivo de la capital bonaerense: La Plata se ubica entre los distritos de la provincia de Buenos Aires que menor valor agregado genera con su producción. Con un índice de -0,17%, apenas se encuentra por encima de General Pueyrredón y a la par de partidos como Lomas de Zamora, Quilmes y La Matanza.
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Mientras tanto, la contracara la exhiben municipios del interior con fuerte perfil agroindustrial. Pergamino, Chacabuco, Rojas y General Villegas encabezaron en 2024 el ranking de mayores aportes positivos al valor agregado provincial. Entre tanto contraste, Berisso -parte de la región capital junto con La Plata y Ensenada- figura entre los veinte distritos donde el valor agregado más se contrajo el año pasado, agravando la fragilidad de la zona.
Los números del informe muestran que, en 2024, el valor agregado bruto total de las cadenas productivas bonaerenses cayó un 4% interanual. De 135 municipios, 73 sufrieron contracción y 63 lograron crecer, traccionados sobre todo por la recuperación de las cadenas Sojera y Maicera, que sumaron valor en 82 y 110 municipios respectivamente. En cambio, las cadenas de Comercio y Construcción arrastraron a la baja a toda la provincia: su impacto negativo alcanzó a los 135 distritos.
Particularmente, General Arenales y Alberti lograron escapar a la debacle con crecimientos superiores al 20% gracias al empuje de las cadenas Sojera, Triguera y Maicera. Otras localidades no corrieron la misma suerte: General Las Heras se desplomó un 11% afectada por la retracción bovina y San Nicolás perdió un 8,8% por la caída de su industria siderúrgica.
Un segundo informe del mismo laboratorio analizó cada sector productivo de la región y evaluó sus oportunidades bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), impulsado por el presidente Javier Milei y replicado a nivel provincial por el gobernador Axel Kicillof. Allí se detallan los sectores con más potencial: legumbres, maquinaria agrícola, software y servicios informáticos, investigación y desarrollo, y girasol lideraron el rendimiento nacional entre 2016 y 2023.
Para la región capital, las fortalezas existen pero están dispersas y no siempre coordinadas: grandes capacidades en aluminio y refinación de hidrocarburos; un segundo puesto provincial como mercado comercial detrás de La Matanza; un sector químico históricamente fuerte en La Plata, Berisso y Ensenada; siderurgia y autopartismo con potencial tecnológico; un sistema de salud referente a nivel país; y cadenas triguera y constructiva con mucho dinamismo por demanda poblacional e infraestructura.
Sin embargo, el balance es claro: La Plata tiene la base para generar valor agregado, pero su estructura productiva no logra transformarse en riqueza tangible. El desafío para autoridades, universidades y el sector privado es articular esas capacidades para que la capital bonaerense deje de ser una ciudad que produce mucho pero transforma poco. La clave estará en fortalecer las cadenas estratégicas y sumar tecnología e innovación para salir del lote de los distritos rezagados.
