Integrity llegará a Sudamérica y Argentina por primera vez en su carrera.
La banda se presentará en el país el 25 de octubre en el Club Cultural Bula.
Las entradas ya están a la venta en la web de AlPogo en este enlace.
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Dwid Hellion no es solo el líder de Integrity, una de las bandas más extremas y longevas del hardcore estadounidense. Es también un artista total, un provocador y un pensador que encuentra en lo oculto, el caos y la honestidad brutal sus principales motores creativos. Su música no busca agradar: busca confrontar.
Para Hellion, el ruido es mucho más que distorsión: es una declaración de principios. “El noise es la evolución agresiva del punk y el metal… un arma sónica que asalta todos mis sentidos. Quería experimentar más.” Esa necesidad de ir más allá del sonido convencional define su obra desde el primer acorde.
Esa intensidad tiene raíces profundas. “Soy un gran fan del movimiento Dada, por ejemplo. La poesía recortada, Tristan Tzara, André Breton, ese tipo de cosas.” Su visión bebe de los collages del dadaísmo, de la ruptura con el sentido, del arte como sabotaje cultural. Cada álbum, cada show de Integrity es también una obra visual y conceptual.
Esa rebeldía estética también se refleja en su posición frente a la industria. “Casi todas las bandas se comportan como corporaciones. Todo es un comunicado de prensa… Creo que está bueno simplemente ser uno mismo.” Dwid no quiere campañas. No quiere coreografías ni discursos vacíos. Quiere verdad, espontaneidad y crudeza.
Incluso el nombre de su banda es una declaración: “Para mí, la palabra integrity significa defender lo que creo que es correcto… por eso usé esa palabra.” En tiempos donde todo puede ser negociable, él sigue firme en su propósito, aunque incomode.
Ese camino nunca fue fácil. “Cuando empezamos… era muy difícil conseguir un estudio de grabación… pensaban que éramos criminales.” La escena los rechazó al principio. Pero esa resistencia fue también el cimiento de su identidad. Hoy, puede mirar atrás con la certeza de haber construido algo propio, sin concesiones.
Y, más allá de todo, Hellion celebra lo que hace. “Amo la música y el arte… poder crear música que me gusta… es una gran libertad.” Lejos del mainstream, la validación que le importa viene del proceso creativo y de la comunidad que lo rodea.