Sebastián Sosa es uno de los cuatro jugadores de Vélez involucrados en la causa por abuso sexual en Tucumán. Los otros tres son Abiel Osorio, Braian Cufré y José Florentín. Osorio está imputado por abuso sexual simple, Sosa, por abuso sexual agravado en calidad de partícipe secundario y Cufré y Florentín, por abuso sexual agravado por la participación de dos o más personas como coautores.
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El arquero había quedado en libertad en marzo, a diferencia de sus ex compañeros, quienes la obtuvieron en junio. Sin embargo, debió esperar para poder volver a trabajar en su país. El 19 de enero pasado había sido anunciado en Juventud Las Piedras, tras un paso por Deportivo Maipú en Mendoza, pero recién esta semana fue autorizado para llegar a tierras uruguayas y entrenarse.
Sebastián Sosa rompió el silencio: "Fue un año durísimo"
En las últimas horas, después de la habilitación, Sosa rompió el silencio: “Todavía uno sigue afectado por la situación, pero es importante el poder radicarme en Uruguay y hacer lo que más me gusta que es jugar al fútbol, más allá de las afectaciones que me trajo esto a nivel familiar y profesional. Pero estamos de pie nuevamente y con esta oportunidad en Juventud de Las Piedras”.
“Fue un año durísimo para todos, principalmente para mi familia, mi esposa, y mi núcleo más interno. Pero he tratado de salir adelante con la conciencia muy tranquila. Eso me ayudó a seguir de pie y caminando. Lentamente se va aclarando”, comentó en diálogo con Sport 890.
Luego agregó: “Esto no te lo repara nadie. El tiempo y lo que nos tocó vivir no tiene vuelta atrás. Hay muchas cosas que se perdieron y lo principal fue mantenernos juntos, firmes, fuertes. La gente que me quiere y me conoce ha estado al lado siempre. Hoy con las redes sociales es fácil poner cosas y eso me ha afectado. Pero no queda otra que dar vuelta la página porque lo que pasó no tiene vuelta atrás”.
“Estoy listo porque estuve entrenando con un entrenador de goleros y un profe de manera personal, y ahora dependerá del cuerpo técnico y lo que ellos dispongan para lo que venga”, concluyó el uruguayo de 38 años sobre su llegada a Juventud.