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Alerta Nacional: otra víctima del fentanilo contaminado, y ya son 34 las muertes

Una tragedia sanitaria sacude al país: ya son 34 las personas fallecidas a raíz de la aplicación de fentanilo contaminado en hospitales públicos, según confirmaron fuentes oficiales.

Martes, 27 de mayo de 2025 a las 22 52

Por Redacción

Martes, 27 de mayo de 2025 a las 22:52

El caso más reciente fue reportado este martes por el Hospital Público de Balcarce, que notificó a la fiscalía de Mar del Plata sobre la muerte de un paciente que había recibido la droga antes del retiro de los lotes en circulación.

El fentanilo administrado no contaba con número de lote, pero los análisis confirmaron la presencia de bacterias peligrosas, como Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, agentes infecciosos identificados también en otros lotes distribuidos en hospitales del país. El Instituto Malbrán estableció un vínculo directo entre estas bacterias y los fallecimientos registrados.

La investigación judicial está a cargo del juez federal Ernesto Kreplak, quien solicitó a las autoridades sanitarias provinciales un relevamiento exhaustivo de los pacientes que hayan recibido el medicamento. El objetivo: detectar nuevos posibles casos y contener la propagación de la infección.

El fentanilo contaminado fue producido por los laboratorios HLB Pharma y Ramallo. Ante el avance de los contagios, la ANMAT prohibió el uso del fármaco el 13 de mayo y ordenó allanamientos en cinco distribuidoras y en los laboratorios fabricantes. Como resultado, se secuestraron unidades del medicamento y documentación clave para la causa, que continúa bajo investigación.

Hasta el momento, se contabilizan 69 casos sospechosos además de las 34 muertes confirmadas. Las provincias más afectadas son Buenos Aires y Santa Fe, especialmente en las ciudades de La Plata y Rosario. Solo en el Hospital Italiano se reportan 15 fallecimientos relacionados con la droga contaminada.

¿Qué es el fentanilo y para qué se utiliza?
El fentanilo es un potente analgésico opioide, entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina. Se utiliza en medicina para tratar dolores intensos, especialmente en pacientes oncológicos o sometidos a cirugías mayores. Su aplicación debe ser estrictamente controlada debido a su alta potencia y riesgo de efectos adversos graves, incluida la sobredosis. En contextos no regulados, su uso indebido ha generado crisis sanitarias en distintos países por su alto potencial adictivo y letal.

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