Tras el histórico funeral llevado a cabo en la plaza San Pedro, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires llevó adelante una misa exequial para despedir al papa Francisco. La celebración fue presidida por el arzobispo Jorge García Cuerva.
De la ceremonia participaron políticos de diferentes fuerzas: el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, la vicepresidenta Victoria Villarruel, entre otros. El presidente Javier Milei estuvo en el Vaticano presenciando la misa.
Te puede interesar
“Nosotros lloramos porque no queremos que la muerte gane, lloramos porque se murió el padre de todos, lloramos porque ya sentimos en nuestro corazón su ausencia física, lloramos porque nos sentimos huérfanos y no logramos comprender ni dimensionar su liderazgo mundial, lloramos porque ya lo extrañamos mucho”, señaló Cuerva al comienzo de su homilía.
Y siguió: “No terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial, lloramos porque ya lo extrañamos mucho y no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de los tangos: las lágrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar”.
"Recordemos las palabras del Papa cuando nos decía 'al mundo de hoy le falta llorar'. Lloran los marginados, aquellos dejados de lado, los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida sin necesidades no sabemos llorar (...) por eso hoy lloramos a Francisco, con el dolor que nos une como pueblo", continuó.
Luego le pidió a Dios: "Concede que tu servidor, el papa Francisco, a quien constituiste sucesor de Pedro y pastor de toda la Iglesia, pueda gozar eternamente en el cielo de los misterios de la gracia y del perdón, que él administró fielmente en la Tierra”.
Te puede interesar
García Cuerva, sobre el papa: "Ante tanto demonio dando vuelta, el testimonio de Francisco fue un faro que iluminaba la oscuridad
García Cuerva enumeró que Bergoglio a lo largo de su pontificado "desenmascaró proféticamente a varios demonios que hacen sufrir la humanidad" y comenzó por hablar de la guerra: "Francisco nos decía 'como hombre de fe, creo que la paz es el sueño de Dios para la humanidad. Sin embargo constato que lastimosamente que por culpa de la guerra ese sueño maravilloso se ha convertido en una pesadilla'".
"Desde el punto económico, la guerra atrae más que la paz, favorece la ganancia de unos pocos en detrimento del bienestar de la población. El dinero gastado para la venta de armas el dinero manchado con sangre inocente. Hace falta más valor para para buscar la paz que para hacer la guerra", fueron las palabras de Francisco recordadas al respecto.
El Arzobispo también habló del "demonio del desencuentro": "El Papa alertaba sobre la ebullición de formas insólitas de agresividad, insultos, maltratos, descalificaciones, latigazos verbales hasta destrozar la buena fama del otro o lo que él llamó el terrorismo de las redes".
"Ante tanto demonio dando vuelta, el testimonio de Francisco fue un faro que iluminaba la oscuridad, una voz profética que resonaba ante tanto silencio cómplice", apuntó.
Te puede interesar
La unidad de los argentinos
Hacia el final de su discurso, el Arzobispo recordó las últimas palabras del Papa en su testamento, conocidas el lunes pasado en las que Bergoglio expresó: "Por el sufrimiento que se ha hecho presente en la última parte de mi vida me ofrecí al señor por la paz en el mundo y por la fraternidad entre los pueblos".
"Como pueblo queremos darle a Francisco un gran abrazo y decirle gracias, perdón, te queremos mucho", sumó García Cuerva y enfatizó: "Nos debemos muchos abrazos entre nosotros. Por eso, hagámosle el mejor de los regalos al Papa, el padre de todos, el papa argentino y porteño, comprometiéndonos a hacer un pacto como iglesia y sociedad. Y así darnos el abrazo que necesitamos y vivir la tan anhelada fraternidad entre los argentinos, amén", finalizó.
Finalizada la ceremonia, se llevarán a cabo dos caravanas desde la Catedral. La primera cerca de Plaza de Mayo, “para abrazar” simbólicamente a Francisco y luego comenzará la otra acompañando a los curas de los barrios y villas.
“Vamos a hacer una caravana recorriendo los lugares de dolor de la ciudad. Algún hospital, un hogar de Cristo, la Plaza Constitución y lugares que en el corazón de Francisco siempre tuvieron especial predilección”, afirmó García Cuerva previo a la misa.