El conflicto entre los residentes de hospitales nacionales y el Ministerio de Salud se intensificó este jueves con una nueva movilización a Plaza de Mayo, donde los médicos cuestionaron fuertemente la modificación de la modalidad de las residencias hospitalarias.
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En respuesta a la reestructuración que impulsa la cartera sanitaria, los residentes anunciaron un paro nacional para el 17 de julio, junto con una nueva marcha al Congreso.
Los médicos residentes de varias especialidades, acompañados en algunos casos por profesionales de planta y becarios, expresaron su rechazo al sistema de becas propuesto por el Ministerio de Salud.
Residentes del Garrahan se movilizan: paro confirmado y fuertes reclamos
Según los manifestantes, esta medida implica una fuerte pérdida de derechos laborales y precariza aún más sus condiciones de trabajo. Uno de los principales puntos de la protesta fue el Hospital Garrahan, cuyo personal evalúa sumarse a futuras huelgas.
Desde el Ministerio de Salud defendieron la medida. El ministro Mario Lugones aseguró: “Abrimos una nueva opción para los residentes del Garrahan. Contrato directo con el Hospital. Cobran más (sin descuentos), pueden recibir bonos y el hospital les cubre los seguros”.
Además, aclaró que “aquellos profesionales que lo prefieran pueden seguir con la misma modalidad hasta ahora”.
La cartera asegura que esto no implicará el cierre de programas ni el desfinanciamiento de hospitales nacionales.
Además, el ministro Mario Lugones destacó que los residentes del Garrahan tendrán la opción de firmar contratos directos con el hospital, lo que les permitirá cobrar más, sin descuentos, y acceder a bonos y seguros.
A pesar de esto, los trabajadores movilizados mantienen una postura contraria. Belén, médica residente del Hospital Garrahan, denunció que el nuevo esquema implica una precarización laboral absoluta. “No vamos a tener recibo de sueldo, ni aguinaldo, y ni el hospital sabe cómo van a hacer”, expresó en diálogo con A24.
Según su testimonio, los cambios comenzarán a regir a partir del 1 de septiembre y no existe un canal de diálogo abierto con el Ministerio de Salud.
Además, los residentes temen que este modelo se replique en otras provincias, lo que podría afectar aún más las condiciones laborales de todos los trabajadores de la salud en el país. "Lo que están instaurando es una precarización absoluta", agregaron.
En paralelo, el conflicto se da en un contexto de ajuste al sistema de salud. Hubo despidos en hospitales como el Posadas, Bonaparte y Sommer. También recortes en programas de VIH, cáncer y enfermedades crónicas.
Por eso, los trabajadores denuncian un proceso de vaciamiento que pone en riesgo derechos y prestaciones esenciales.