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Industricidio en marcha: una de cada tres pymes ya pierde frente a la avalancha importadora

La apertura comercial ya deja cicatrices visibles en el tejido productivo nacional.

Miércoles, 21 de mayo de 2025 a las 01 16

Por Redacción

Miércoles, 21 de mayo de 2025 a las 01:16

Según un informe reciente de la Fundación Observatorio Pyme (FOP), el 28% de las pymes manufactureras argentinas perdieron participación en el mercado interno durante el primer trimestre de 2025, desplazadas por el ingreso masivo de bienes importados.

La situación es alarmante. El 42% de las empresas industriales consultadas dijo sentirse directamente amenazada por las importaciones, el nivel de percepción de riesgo más alto registrado desde que la FOP comenzó a medir este indicador. El récord supera incluso los picos alcanzados en 2018 (40%) y en 2016 (39%), años también marcados por políticas de apertura.

El retroceso ya es estadístico, no solo perceptivo

Los datos muestran que la pérdida de espacio frente a los productos importados creció cinco puntos en solo tres meses: del 23% en el último trimestre de 2024 al 28% en el primero de 2025. Este nivel de desplazamiento no se registraba desde 2018 y se mantiene por encima de los niveles de crisis de 2009 y 2008.

Del “Made in Argentina” al “Hecho afuera”

Además de perder mercado, muchas pymes están abandonando directamente la producción nacional para reemplazarla por componentes del exterior. Un dato lo revela todo: mientras las ventas deflactadas del sector crecieron un 15%, la producción cayó un 3%. Es decir, se vende más, pero se fabrica menos. El fenómeno revela una sustitución peligrosa: menos industria, más importación.

A esta dinámica se suma otro golpe: la ocupación en el sector pyme cayó un 5% en el mismo período, una consecuencia directa del freno productivo y del desbalance entre vender y fabricar. Más aún, el 64% de las empresas consultadas reportaron una caída en sus ventas, lo que anticipa un deterioro aún mayor en los próximos meses.

La liberalización sin control de las importaciones tiene consecuencias inmediatas y profundas. Directamente, destruye empleo industrial, desplaza la producción local y provoca el cierre de pymes que no pueden competir con productos extranjeros más baratos, muchas veces subsidiados. Indirectamente, debilita la cadena productiva, reduce la recaudación fiscal, achica el mercado interno y genera una peligrosa dependencia externa. En lugar de modernizar la economía, la apertura indiscriminada desarma la base productiva nacional y condena al país a exportar materias primas e importar valor agregado.

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