Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, anunció que el Gobierno Nacional va a facilitar "la importación personal de vehículos". El funcionario confirmó que está trabajando en la publicación de una resolución que permitirá que cualquier particular importe vehículos nuevos y usados sin necesidad de intermediarios ni representación oficial en el país.
Fiel a su estilo, el ministro desregulador simplificó el asunto a la mínima expresión: “Antes pedían una licencia. Ahora, si un auto en Estados Unidos anda y en Europa lo dejan andar, vamos a presumir que acá también”, lanzó en una entrevista concedida al canal de streaming Neura.
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"Le facilitamos a la gente la importación personal de vehículos. Te querés comprar un auto afuera, estoy hablando nuevo. Antes te pedían una cosa que se llama una licencia. Ahora, hacés una suerte de VTV acá y se acabó la historia", señaló.
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Aún falta la reglamentación
Aunque Sturzenegger hizo manifiesto su deseo, la implementación efectiva de la medida sigue pendiente de una reglamentación técnica que debe emitir la Secretaría de Industria y Comercio. Mientras tanto, importar un auto en forma particular sigue siendo una posibilidad legal, pero extremadamente difícil para una persona sin estructura empresarial.
Actualmente, homologar un auto para que pueda circular por la vía pública requiere dos trámites principales:
- La Licencia de Configuración de Modelo (LCM), que otorga el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI);
- La Licencia de Configuración Ambiental (LCA), que emite la Subsecretaría de Ambiente de la Nación. Este proceso es lento y costoso, por lo que sólo lo realizan automotrices o importadores oficiales.
La reforma anunciada por Sturzenegger propone un nuevo esquema basado en la figura del Certificado de Seguridad Vehicular (CSV), que reemplazaría a la LCM en el marco de la Ley Nacional de Tránsito. El CSV buscará unificar criterios y acelerar los tiempos mediante la validación automática de vehículos que cumplan con normas internacionales reconocidas por el Estado argentino.
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Costos estimados para particulares
Si bien la medida promete una simplificación administrativa, los números demuestran que el ahorro no necesariamente será significativo.
En el caso de vehículos importados desde fuera del Mercosur o México (extra zona), el cálculo comienza con el precio FOB, es decir, el valor del auto puesto en el puerto de origen. A eso se deben sumar USD 2.500 de flete y seguro, un 35% de arancel de importación, una tasa estadística del 3%, USD 1.000 en logística local, y cerca de un 10% en impuestos como Ingresos Brutos, Ganancias, tasas provinciales y municipales, además del IVA del 21%.
Si un auto cuesta USD 15.000 FOB, el valor final en Argentina ronda los USD 45.000 bajo el sistema tradicional. En el caso de que ese auto forme parte del cupo de 50.000 unidades híbridas o eléctricas sin aranceles, el costo bajaría a unos USD 36.000.
Cuando el trámite lo realiza un particular, algunos gastos se reducen: no hay margen de ganancia del importador ni del concesionario. Sin embargo, otros ítems encarecen la operación. Las fábricas no venden autos a consumidores individuales, por lo que el comprador debe acudir a un concesionario en el país de origen, lo que eleva el precio de partida.
Además, el flete y el seguro también resultan más caros porque se gestiona una sola unidad, no un lote. Así, un vehículo que un importador oficial consigue por USD 15.000 FOB, le puede costar a un particular al menos USD 20.000. Con los demás cargos incluidos, el valor total se ubica entre USD 40.000 y USD 45.000.